Un universo de gracia

Nunca pensé recibir herramientas tan precisas para afrontar mí día a día (en una realidad a veces muy cruda), desde el clown. La experiencia vivida me ha permitido descubrir la belleza del pago desde el amor por su realidad, desde la aceptación y la verdad Gracias infinitas!

Redescubrí el sentir de -verdadera libertad- al percatarme del valor inherente que existe en elme permitir vivir (tanto sentir como percibir) el instante presente. Recibí una invitación a confiar en quererme como soy y saboreé la esperanza del ahora que despierta el juego.

Este ha sido un camino de descubrimiento en dos direcciones: hacia adentro y hacia afuera. Ayuda a superar temores, a escuchar y encontrar nuestro interior "natural" o "infantil", dejando de lado el acartonamiento al que nos hemos acostumbrado, liberando del miedo a la frustración o al "ridículo" ...

Una gran experiencia para crecer y aprender muchísimo además de adentrarme en el mundo del clown

Me ayudó a continuar un proceso de transformación que inició mucho tiempo… fue como encontrar un oasis en el desierto.

La mejor experiencia después de haber sentido un llamado a servir al prójimo. Preparándome para iniciar este camino, inicié el taller talvez con unas expectativas muy superficiales… más que un taller de técnica, es un taller de encuentro personal en donde te hacen descubrir que tú lo tienes todo como un don y que seguramente siempre ha estado ahí. Aprendí que ese payaso si está en nuestro interior; no hay que buscarlo afuera, solamente hay que dejar que las cosas pasen.

En los dos talleres que tome, he logrado descubrir mi payaso interior. Conectarme con el espectador a través de la mirada. Especialmente he aprendido a escuchar lo que al otro le llama la atención, lo que el otro necesita.

Este trabajo de payaso (Fragmento de Viaje) se acerca en belleza y profundidad a Chaplin.

El taller de clown me llevó a sentirme único y en comunidad. Me enseñó a valorar los silencios y a darme cuenta que las sonrisas iluminan espacios.

El taller, Tú, Payaso Interior; es un testimonio de muchos caminos. Nombraré tres: El camino hacia Dios: fue comprender que la risa contiene múltiples posibilidades de hacer tangible lo intangible, y la risa viene acompañada de inocencia, ternura sencillez y humanidad. A través de la risa sentí más cercano a Dios como expresión de todo lo anterior. El camino hacia los otros: cuando uno se despoja de las “máscaras” a través del clown, logra observar qué es lo que realmente nos conecta como seres humanos, el niño interior que sale y nos permite jugar juntos, comprendiendo que al final todos somos iguales y nos necesitamos. El camino hacia uno mismo: comprendí que cuando nada quedó oculto apareció la verdad de lo que soy, fue darme la oportunidad de descubrirme desde la inocencia y la espontaneidad.

El viaje hacia mi payaso interior significó un camino lleno de presencia que, de vez en cuando, puedo recorrer cuando quiero sonreírle a mis aciertos y fracasos. En otras palabras, es una experiencia que abre, para sí mismo y para los demás, una oportunidad de reconciliación.

La experiencia clown, significó una aventura. Un viaje al interior. Un descubrir en la mirada propia, y en la del otro, cómo a través de mirarnos, vemos tanto amor habitando en los demás. Significó una pausa y un espacio de paz. Una experiencia enriquecedora y muy reconfortante. Altamente recomendable!